La única compañía de cruceros española cesó sus actividades al no poder garantizar la prestación del servicio
4.10.11 - Manuel Medina | España
Quail Travel Group, creada en 2008 fue el germen de Happy Cruises. El pasado 26 de septiembre, de forma súbita, la compañía de cruceros canceló las salidas de los tres barcos con los que operaba (Gemini, Ocean Pearl y Happy Dolphin) por problemas operativos. Happy Cruises pidió a las agencias que informaran a los pasajeros afectados por dichas cancelaciones que no acudieran a los aeropuertos ni puertos de embarque.
Buenos precios, buques clásicos pero muy marineros - el Ocean Pearl fue el primer barco de Royal Caribbean-, rutas bien diseñadas, servicio excelente, alta ocupación, fidelización de una parte del mercado español al estar completamente enfocados al cliente de nuestro país (idioma, gastronomía, bebidas, actividades…).
¿Qué ha sucedido pues?, todo apunta a desavenencias entre los accionistas. Al frente de esta empresa están los que fueron máximos directivos de la naviera Pullmantur (perteneciente a Royal Caribbean), Alfonso López y Malik Alkarea y los principales inversores son el grupo turístico Globalia y el touroperador brasileño CVC, entre otros.
Pero no es objeto de estas líneas desentrañar las causas, ocasión habrá, de este repentino, inesperado pero sobre todo lamentable desenlace. Tampoco levantar la voz en nombre de los cruceristas afectados, no los hay, nadie quedó a medias en su crucero y nada mermó el nivel de los servicios prestados a bordo hasta el último minuto. Menos aún -por sorprendente que parezca por lo abrupta de la parada- se dañó en demasía a los pasajeros con previsión de embarque: fueron o bien reubicados en otras compañías (algunas como Costa Cruceros se pusieron desde un principio al servicio de las agencias para minimizar los posibles trastornos a los viajeros que tenían contratadas sus vacaciones con Happy Cruises) o en otros casos optaron por recuperar los importes abonados, lo que se está tramitando en estos días. Todo ello generalizando pues -que duda cabe- casos concretos habrá en los que sí que se pueda hablar de perjuicios.
Mencionar también que las agencias de viajes minoristas con prepago (las grandes cadenas con crédito no tienen este problema) están cursando la devolución de las cantidades entregadas a cuenta. Hemos contactado con algunas de ellas y aunque en algunos casos aún no se han materializado las transferencias hay tranquilidad y confianza en que en breve serán restituidos estos importes.
Vayamos, pues, al verdadero objeto de éste artículo que no es otro que denunciar -desde la indignación- el tratamiento sensacionalista y la manipulación informativa que se ha orquestado en ciertos medios de comunicación en torno al colectivo de profesionales que conforman la tripulación de estos tres buques:
- “Veinte peruanos son rehenes de un lujoso crucero en el Mediterráneo, la falta de comida provocó enfrentamientos entre los retenidos”.- “13 chilenos se encuentran retenidos a bordo del crucero Gemini de la empresa española Happy Cruises en aguas del Estrecho de Gibraltar, mientras una veintena de compatriotas se encontraría en similar condición en otros dos navíos de la compañía”.- “Secuestran a 20 peruanos en el Mar Mediterráneo”…Para tranquilidad de todos y sobre todo de los familiares de estos tripulantes, y luego de hablar telefónicamente con algunos de ellos, quiero dejar claro que los trabajadores que permanecen en los barcos se encuentran en perfecto estado. Algunos ya marcharon, luego de recibir su correspondiente liquidación económica así como los billetes de repatriación, a sus distintos países.
Los buques Gemini y Ocean Pearl están en el puerto de Gibraltar, el Happy Dolphin en el de Venecia. Los que quieren salir lo hacen, no falta en absoluto comida, antes al contrario, disfrutan de una programación de actividades de ocio que obviamente no puede más que aliviar ligeramente estos días de espera.
Es cierto que se demoran los trámites de obtención billetes de avión y los cobros de los haberes pendientes, está siendo un proceso lento, pero se está llevando a cabo. Lógicamente hubo incertidumbre por lo inesperado, pero está todo transcurriendo -afortunadamente- mejor de lo que podía imaginarse cuando recibimos la noticia del cese de la actividad.
Desde que saltó la noticia se despertaron toda clase de temores, es cierto, pero creo intolerable que de la desdicha de unos ejemplares trabajadores se haga sensacionalismo y burdos titulares.
Que fácil es hacer leña del árbol caído y que difícil intentar volver a ponerlo erguido. Esos barcos eran puestos de trabajo y sustento para muchas familias. Ojala vuelvan a serlo.
© 2011, Manuel Medina
Escritor y Viajero
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