Entrevista afectados Costa Concordia - 2

Todos recordaréis el último acontecimiento sufrido por un barco de Crucero. Nos referimos al naufragio del “Costa Concordia”, botado en 2006, un hotel flotante de 115.000 toneladas y dotado de las últimas tecnologías para la navegación, con sus 1.500 camarotes para 3.700 pasajeros y una tripulación de 1.100 tripulantes, que lo situaban en la categoría de grandes cruceros.

En “Cruceristas y Cruceros” tenemos la oportunidad de entrevistar para nuestros seguidores a Mari Carmen Ramón, pasajera de dicho crucero y que gentilmente aceptó nuestras preguntas.

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Retrocedamos un poco al inicio del viaje. Es usted de Alicante y nos gustaría saber algo más sobre su experiencia en viajes de cruceros y la decisión de viajar en este medio que tantos de nosotros amamos.

CyC: ¿Cuantos cruceros ha realizado contando este último del Costa Concordia?.

M.C.R.: Tres.

CyC: ¿Cual fue el motivo por el cual se decidió a realizar este viaje?

M.C.R.: Mi hijo y mi nuera ya habían viajado en este barco. Viajaba con mi marido, mi hijo y mi nuera. Para mi era una ocasión especial porque era la primer vez en muchos años que mi marido podía disfrutar tanto tiempo seguido de su hijo.

CyC: ¿Dónde se encontraba cuando ocurrió el primer impacto del buque y qué hora era aproximadamente?

M.C.R.: Me encontraba cenando en el comedor. Eran las 21:30 horas.

CyC: ¿Cuando se dieron cuenta de que sus vidas corrían peligro?.

M.C.R.: Inmediatamente. Salimos del salón rápidamente. Nos fuimos al camarote a por los chalecos y bajamos al puente 4.

CyC: En el momento de la evacuación. ¿cómo la realizaron? ¿tuvieron problemas en desembarcar?.

M.C.R.: La orden de desembarco se produjo una hora y media después del impacto. Nos metieron en una barca, pero esta no descendía y al ver que no la podían soltar nos hicieron bajar. Volvimos de nuevo al puente y en ese momento el barco se terminó de inclinar. A partir de ahí tuvimos que buscarnos la vida como pudimos. Mi hijo nos dejó enganchados en los hierros de una de las salidas a las barcas. Ahí nos separamos de mi hijo y como pudimos fuimos trepando por el casco del barco, hasta que nos arrastramos "a culás" por el puente 3. Subimos por la escalera y por debajo de los puentes de hierro hasta llegar a una barca, bajando por unas escaleras de madera y cuerdas. Después de tres horas nos volvimos a encontrar con mi nuera y mi hijo.

CyC: ¿Fueron acompañados por algún miembro de la tripulación?

M.C.R.: No se vio a ningún oficial por ninguna parte y yo llegué a bajarme del barco a las 5 de la mañana.

CyC: Una vez a salvo en tierra, ¿qué pasos siguieron hasta llegar a España? ¿Tuvieron problemas con la documentación?

M.C.R.: Salimos por el control. Nos llevaron a un polideportivo, nos preguntaron por nuestras nacionalidades y nos levaron al hotel "Hilton" de Roma. El consulado nos hizo un visado, pero teníamos que ir al aeropuerto sin vuelo fijo. El Corte Inglés nos consiguió vuelo para el domingo por la tarde.

CyC: Hay muchos comentarios sobre el Capitán del buque, ¿lo vio usted en algún momento del desembarco fuera o dentro del barco?

M.C.R.: No lo vi nunca. Solo lo vi en la cena de galay, curiosamente, a mi marido no le gustó y no quiso hacerse la foto con él.

CyC: ¿Volverá usted a viajar en barcos de Crucero?

M.C.R.: Yo creo que no, porque pienso que en el momento en que notara un pequeño vaivén me volvería loca.

CyC: Si quiere ampliar algo más a lo aquí expuesto, puede hacerlo aquí mismo con total libertad:

M.C.R: Me quedo con el mal trago que recibí por parte de Jairo, el relaciones públicas del barco, que cuando lo encontré en el hotel Hilton le saludé y me espetó que estaba agobiado, que él no pertenecía a la empresa y que era como uno más de nosotros, abandonado por la compañía. A mi hijo también le dijo que era uno más. Yo ahora mismo estoy en manos del psicólogo y tengo arritmia y taquicardias. Mi psicólogo me ha dicho que tengo que contarlo, gritarlo y sacarlo fuera.

Mi hijo, que es patrón de barco, se quedó con los guardacostas ayudando a salir a otros pasajeros, a niños y mayores, a pasar a los botes y me reuní con él a las 5 de la mañana después de más de 5 horas separados.

Cuando mi hija estaba viajando hacia Barcelona para recogernos, Iba leyendo en el móvil historias sobre los supervivientes. Leyó la narración de un pasajero que iba buscando la salida y que le dijo a su mujer: " no te vayas que si morimos, morimos los dos juntos". En ese momento le comentó a su marido: "fíjate qué pena, lo que habrán sufrido para salir del barco". Cuando llegó al final del relato se dio cuenta de que ese comentario lo firmaba José Galán, su propio padre.

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Desde la Comunidad Cruceristica le damos las gracias por atendernos y compartir su experiencia de este terrible accidente esperando que nunca más vuelva a ocurrir.

"LOS ERRORES DEL PASADO SON LAS SOLUCIONES DEL FUTURO"

Por:

Cruceroviajes
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